Recortes de orgasmos que el cansancio de la noche tira a la basura
en el azul del griterío que humea en la sangre de los cazadores,
después de que sopesan los destinos para mañana.
La sombra cubre a los ancianos que ya saben despreciar la muerte.
La sombra cubre a las mujeres que no saben de un final feliz.
Y los dioses se disipan en cascadas detrás de las paredes.
Y los hombres son gladiadores que gravitan en lamentos.
Y los niños son hormigas que no tienen hormigueros.
Grotesca, melancólica es a menudo la voz de La Habana,
tendida, sin trono, sin harina, llena de hordas que se comen
el incendio de los cuerpos y el amor de la madera.
Luminosa, resonante es a menudo el alma de La Habana,
libre, mayúscula, leal, llena de rincones que abrazan
el seno de una madre y los placeres de la cama.
Suturo la emoción en el ombligo y deshilacho la imagen,
mudo, en el doblez que sepulto en el destierro.
3 comentarios:
Hermoso y al mismo tiempo abisal y afligido..
que lindo poema
Desde Madrid encuentro éste poema tuyo.Me impresionas como siempre.Cómo podré comunicarme contigo para intercambiar poesía?.Yo en el hotmail con éste nombre jazmin_mayo.Suerte.AlbA
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