lunes, 28 de septiembre de 2009

Prontuario políticamente incorrecto para un Concierto



Más que las ideas a los hombres los separan los intereses

Alexis de Tocqueville

A Andrea Hernández, que me escribió diciendo que este blog es una mierda.

Septiembre 3 de 2009. En su artículo “Un ratico de alegría para el pueblo cubano”, Norma Niurka, reseñadora del periódico El Nuevo Herald, que escribe de todo y no sabe de nada, nos descarga una enciclopedia de boberías. Los mexicanos tienen una sentencia maravillosa para definir a gente como Norma Niurka: “son pendejos con iniciativa”. La gacetillera trata de juzgar el comportamiento de los cubanos de Miami que no coinciden con ella, y se pregunta: “¿Por qué un sector del exilio ha tenido por décadas la extraña fijación de sentirse responsable de regir el destino de los habitantes de la isla? ¿Por qué esta rara consigna de oponerse a todo tipo de contacto entre cubanos de aquí y de allá, y tratar de impedir que artistas extranjeros actúen en la isla o la visiten? Al menos que yo sepa, ni siquiera los grupos más radicales desde la década de los años 60´s, hasta la actualidad, han pretendido regir el destino de los habitantes de la isla. Ese papel se lo ha arrogado la dictadura castrista. El exilio cubano militante-no esa masa amorfa que ha emigrado por hambre y no siente ni padece por la falta de libertades en Cuba- sólo ha intentado convertirse en el mejor reservorio de los valores de nuestra nación, al mismo tiempo que ha luchado y derramado sangre, con tal de restaurar la libertad y la democracia en la isla. No se ha sentido responsable de regir el destino de los cubanos, se ha sentido responsable de luchar contra la dictadura que le impone un destino contranatura a los cubanos. Un destino que es el responsable de la miseria, el hambre, la amoralidad, la falta de dignidad, de ética, de responsabilidad y de solidaridad en que vive sumergida la nación cubana. El exilio digno, que es el que me interesa, y no el de esa emigración chusma que no sabe la diferencia entre honor y sumisión, porque nacieron y se criaron en un perverso nido de víboras de doble moral, herederos de la generación que gritaba ¡Paredón!, y ponía carteles en la puerta de la casa que rezaban ¡Fidel esta es tu casa! ¿Por qué esa absurda manía de estos paladines de una reconciliación imposible mientras continúe existiendo el castrismo, de tratar de hacer creer al mundo que el exilio se opone al contacto “de cubanos aquí y de allá, y tratar de impedir que artistas extranjeros actúen en la isla o la visiten”. Quien se opuso y se opone es el gobierno de La Habana. Quien explota esa necesidad natural en una nación dividida, saca millones de dólares a costa de ese dolor y limitó y limita esos contactos es la dictadura comunista. Es el castrismo quien decide quién entra y quién no a Cuba. Quien exige a los cubanos en el extranjero tener una visa en el pasaporte más caro del mundo para entrar a su propio país. El exilio nunca ha intentado impedir que actúen artistas extranjeros en Cuba, lo que ha intentado es que esos artistas no se restrieguen con placer en la cama de los victimarios de una nación, tal y como han hecho tradicionalmente, como si no pasara nada, como si las cárceles no estuvieran llenas, como si Cuba no fuera una nación martirizada por 50 años de crímenes y odios. Esos artistas no van a reunirse con los cubanos, van a codearse con la elite castrista, tal y como han hecho desde Oscar de León hasta Juanes y Miguel Bosé, pasando por Verónica Castro, Binicio del Toro y Oliver Stone. Pero esto no es nada nuevo. Antonio Maceo se pasó dieciséis años peregrinando sin rumbo por un mundo indiferente y hostil a la libertad de Cuba, en el que sufrió tres intentos de asesinato, y no vaciló en defender la causa de la libertad aún en contra de sus propios amigos, como fue el caso de Antonio Zambrana, miembro de la Asamblea de Guáimaro, que era su amigo y apoderado, al que le retiró la amistad, tras levantar su copa durante un banquete español en Costa Rica, para brindar por Alfonso XIII. Para Maceo aceptar la autonomía era un acto de cobardía. No podía haber términos medios y la única alternativa digna era “libertad o muerte”. O como le dijo en carta a José Dolores Poyo: “La libertad no se mendiga. Se conquista con el filo del machete.” La señora Niurka demuestra que es my bruta cuando afirma: “No se puede dar un concierto por la paz en Cuba porque allí no hay paz, han dicho los opositores del concierto. Bien, si no hay paz, entonces viene bien que sea en pro de la paz”. La verdad es que nadie sabe de dónde sacó esa estupidez. Porque, en primer lugar, lo que algunos argumentaron fue que para qué un concierto por la paz si en Cuba no hay guerra. Y en segundo lugar, el exilio nunca se opuso a que Juanes fuera a cantar a Cuba. El colombiano tiene todo el derecho a cantar donde le dé la gana. Lo que se le cuestionó es que diga que es apolítico, que es por la paz, que es por la unión de los cubanos, y no sé cuántas idioteces más, cuando junto a él estarían Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, en un ambiente represivo, con la imagen del Che Guevara de guardián, en complicidad con altos jerarcas del castrismo, y sometido a las condiciones de los sicarios del régimen. Juanes puede cantar donde le plazca, pero por qué hacerlo en Cuba, donde lo primero que tiene que hacer es pedir permiso para cantar, para las cosas que puede decir (“Juanes preguntó a Abel Prieto si se le permitiría mencionar la palabra libertad en el concierto y éste le dijo que sí”, asegura la propia Niurka, ¡qué patético!) y luego bajarse los pantalones y darle el culo al castrismo. Juanes puede decir lo que quiera, pero en Cuba todo es político. Por eso al actuar en Cuba donde un régimen militar gobierna hace 50 años fue la decisión más asquerosamente política que pudo tomar. Y su presencia llevó un poco de circo a los cubanos, a cambio de legitimar al castrismo. Pero, como también dicen los mexicanos, “la culpa no es del indio, sino de quien se lo hace compadre”.

Septiembre 3 de 2009. Venticuatro prisioneros políticos de la causa de los 75 firmaron una carta de apoyo al concierto de Juanes, porque consideraron que era una oportunidad para avanzar en la reconciliación de los cubanos. La respuesta no se hizo esperar. La represión aumentó en los días previos al concierto. Ahora recuerdo que en momentos en que unos pocos se enfrentaban al gobierno inconstitucional de Fulgencio Batista-la “dictablanda”, como me gusta decirle cuando la comparo con la de los hermanos Castro-, se organizaba el II Gran Premio de Cuba, con la intención de mejorar la imagen del régimen de Fulgencio Batista. Fue entonces que el Movimiento 26 de julio decidió que Cuba no estaba para fiestas y secuestró a Fangio. La reconciliación de los cubanos no pasa por conciertos y pachangas, pasa por el civismo y la dignidad de un pueblo, que hasta ahora históricamente ha elegido doblegarse convertido en apacible comparsa, cada vez que algún enemigo se apodera de sus derechos, llámense independencia, libertad o democracia.

Septiembre 9 de 2009. Nicolás Pérez en su artículo “La visita de Juanes” dice: “un grupo de exiliados (…) calumnió a troche y moche sobre supuestas sumas de dinero que le había pagado a Juanes el gobierno de Cuba por su complicidad. Un circo. La búsqueda de protagonismo de musiquillos y artistas de pacotilla insultando a un cantante genial”. El pobre, parece que no quiso enterarse de que a Juanes lo patrocina “Havana Club”, la misma empresa del castrismo que lo llevó a La Habana a negociar el concierto. Además, es evidente que es un neófito musical con el oído cuadradito, cuadradito. Pero Juanes se encargó de demostrárselo el día 20 de septiembre en La Habana. Se pasó toda la tarde gritando en una inexplicable mezcla entre Shakira y Eros Ramazzotti –quién sabe por qué- y desafinando todo lo que le daba la gana. Nada, que si Juanes es un cantante genial, yo soy Pavarotti.

Luego, el infeliz escribano afirma que apoya a Juanes por tres razones:

  1. “para bien o para mal va a mover fichas” Y sí, las movió: generó mayor represión a los opositores internos, Raúl Castro le quitó el almuerzo a los trabajadores, la prensa del mundo entero dice que el concierto fue un éxito, Chávez lo usó de propaganda en la ONU, Fidel Castro lo elogió en una de sus reflexiones, el Granma defenestró a Arturo Sandoval, ahora Cucú Diamantes es una gran cantante censurada por el exilio intransigente, etc, etc, etc.
  2. “este concierto de Juanes ¿no puede ser el inicio de otros posteriores con otras reglas del juego?”. Ya sabemos qué se necesita para que haya otros conciertos: artistas como Willly Chirino se tienen que ganar la visa- o sea doblegarse (como Juanes y Bosé, tal y como vimos en los videos de la bronca en el hotel nacional) y ponerse al servicio de La Habana- si quieren cantar en su propio país.
  3. “jamás perderé la confianza en mi pueblo (…) en política, al igual que en la pelota, no hay nada escrito hasta el último inning. ¿o no?”. El asunto está en que el pueblo de Cuba jamás ha sido un pueblo con dignidad a la hora de enfrentar poderes despóticos. La filosofía del negro esclavo en el barracón consume el alma de la nación: “Aquí lo que hay que hacer es no morirse”. Le recuerdo a Nicolás Pérez que la dignidad y el decoro de la nación cubana históricamente ha caído sobre los hombros de unos cuantos. No por gusto fuimos los últimos en liberarnos de España-cientos de cubanos lucharon contra los mambises, muchos querían la autonomía y muchos más deseaban la anexión. De no ser por la traumática intervención norteamericana, que ha servido ancestralmente de pretexto para justificar nuestra inconsistencia política, ética y moral, todavía estaríamos fajados con los españoles-, las tropas de Maceo en su campaña en Pinar del Río no pasaban de unos cientos, la huelga del 1930 contra Machado fue un fracaso, contra Batista sólo pelearon unos cuantos y a Castro lo apoyó la inmensa mayoría. Es por eso que en el último inning poncharon a la confianza que tenía Nicolás en su pueblo. Porque, como dijo el doctor Zartucha a la muerte de Maceo, “tenemos el gobierno que nos merecemos”. Y no es fatalismo o determinismo histórico, es la pura y cruda realidad.

Septiembre 11 de 2009. Enrique Santos, un ex policía al que le regalaron un micrófono en la radio-como a otro ex policía le regalaron la alcaldía del condado de Miami Dade y lo está destrozando a base de soberbia e incapacidad-, para que juegue a ser líder de opinión, mientras destroza el español-su primera lengua es el inglés- y la ignorancia le carcome cuerpo y alma, en un alarde de vacío intelectual, en una entrevista que le hace Erwin Pérez de El Nuevo Herald, dice: “Mi lema es: respeto para Juanes; libertad para Cuba”. Y agrega: “no ha dicho nada para ofenderme; no ha dicho que ama a Fidel o a Raúl, o que está de acuerdo con ese sistema”. Como si hiciera falta que lo diga. El simple hecho de pararse en la plaza junto a personajes como Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, que fueron capaces de firmar una carta para que fusilen a tres pobres negros, lo hace cómplice de los desmanes de ellos y del sistema que representan, porque la baja catadura moral de estos dos no dignifica a Juanes. Pero no podemos pedirle a Santos que dilucide esto. Es obvio que, en conflicto con sus intereses, quiere quedar bien con Dios-Juanes- y con el Diablo-el exilio-, y cuando eso pasa sólo resalta su estupidez. Razón tenía Einstein: “hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.

Septiembre 18 de 2009. Normando Hernández González, desde la prisión de Kilo 7 en Camagüey, Cuba declaraba: “si el hombre de la camisa negra se deja utilizar por los que tienen el alma más negra, sería cómplice del crimen”. Proféticas palabras. Hoy Juanes es un cómplice más del castrismo.

Septiembre 18 de 2009. Osvaldo Payá, premio Sajarov del Parlamento Europeo, declara: “Son Bosé y Juanes los que deben definirse diciendo si apoyan o no la liberación de todos los prisioneros promotores de la paz”. Monumental silencio de respuesta.

Septiembre 19 de 2009. Raúl Alarcón revela que “en varias ocasiones fui convocado para reunirme en mi casa junto con Juanes, y otros ejecutivos y artistas de la industria, entre ellos el señor Emilio Estefan y Willy Chirino. El único propósito de las reuniones era para que de buena fe Juanes lograra incluir a varios artistas cubanos que residen en Miami en Paz sin Fronteras ya que si se le iba a cantar al pueblo cubano, debían estar presentes los cantantes cubanos en el exilio, algo que hubiera demostrado que la real apertura se estaba dando, y como Dios manda, sin restricciones ni censuras”. El permiso fue denegado por Cuba, como era lógico. Una cosa es que se arme el circo con inofensivos gaticos extranjeros, y otro que a ese circo vayan a rugir verdaderos leones. Alarcón coloca una clave: “los artistas de Miami (…) siendo cubanos, tienen tanto derecho, si no más, de cantarle al pueblo de Cuba”. Este mismo día se conoce que a Olga Tañón le prohibieron que cantara temas conocidos en la voz de Celia Cruz.

Septiembre 19 de 2009. Gorki Águila, de Porno Para Ricardo, afirma: “El Estado cubano manipula. Y si te unes a él pagas el precio de unirte al Diablo”. Juanes lo vivió en carne propia.

Septiembre 20 de 2009. Juanes y sus cirqueros dan el concierto. Artísticamente hablando, un fiasco. Organizacionalmente hablando, un desastre (más de 1500 personas desmayadas por falta de agua, control policial de las primeras filas, tarima backstage derrumbada, un negro con bandera cubana bajado del escenario a la fuerza, a pesar de que Juanes le pidió que subiera, la gente sin transporte para regresar a sus casas…) Y políticamente hablando, manipulado por el gobierno de forma absoluta. El colmo de la manipulación es que Juanes resulta ser tan imbécil, que se hace eco durante el concierto de lo que le dicen los castristas a Bosé, de que en la plaza hay más de un millón 150 mil personas (todos los papagayos lo repetirán por el mundo), cuando todos sabemos que allí, en un espacio de 72 mil metros cuadrados, caben a duras penas medio millón de personas, y pudimos ver los grandes espacios vacíos y el final de la plaza sin gente. Pero allí estaba la representación de un pueblo esclavizado al que no le interesan ni sus derechos ni sus libertades. Y ni siquiera le interesa apoyar a quienes tienen el valor de reclamarlos por ellos. Quizás porque, como decía Ortega y Gasset, “la mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella”.

Septiembre 21 de 2009. Juanes es despedido en el aeropuerto de La Habana por Aleida Guevara, la hija del asesino Che Guevara, una vocera del castrismo.

Septiembre 21 de 2009. Juanes regresa a Miami y declara que estaba “feliz por sembrar una semilla muy bonita”. Y asegura que después del concierto “hicimos una tremenda fiesta en el lobby del hotel, cantamos con el maestro Vicente Feliú porque nos sentíamos muy agradecidos con el pueblo de Cuba”. También Fernando del Rincón, periodista de nota roja de programas televisivos regresó de Cuba donde le impidieron trabajar como periodista y según él fue intensamente vigilado.

Septiembre 21 de 2009. Se comenta que el comentarista radial argentino residente en Miami, Javier Ceriani, ha sido detenido en La Habana por sacar un cartel con la palabra Libertad, luego de recibir una paliza por dos mujeres policías, según versiones filtradas a la prensa por su productora, que se niega a declarar en cámara, al mismo tiempo que hace llegar fotos de Ceriani supuestamente en su habitación del hotel Vedado a las televisoras locales canal 41 y canal 8. Pero nadie pudo confirmar las versiones de que realmente estuviera retenido en su habitación del hotel Vedado.

Septiembre 21 de 2009. Una nota del Granma es muy elocuente al plasmar que “Cuba cumplió escrupulosamente y con gran altura los compromisos con el evento promovido por Juanes: consagrar a la paz el concierto, no manipular políticamente una expresión cultural”. Esto demuestra varias cosas: que La Habana manipula estos eventos, que el simple hecho de que se dedique a la paz ya es una posición política en sí misma, y que todas las condiciones, como dice Bosé en un video que demuestra la verdadera naturaleza del concierto, fue pactado.

Septiembre 22 de 2009. La emisora El Sol 95.7 saca al aire una grabación de una fuerte discusión que Juanes tuvo horas antes del concierto con autoridades cubanas frente a los elevadores del vestíbulo del Hotel Nacional, en la que Juanes protesta porque se siente vigilado. Y RCN de Colombia revela un video donde Miguel Bosé declara muy molesto que “lo han pactado todo”. Las primeras pruebas contundentes de que las advertencias del exilio eran bien fundamentadas.

Septiembre 23 de 2009. Javier Ceriani llega a Miami y le dice a la periodista Graciela Mori que recibió un golpe por la espalda y fue llevado a un cuartel, pero no se le ve ninguna evidencia de golpes. A Radio Martí le dijo que “dos individuos de civil se le abalanzaron violentamente y lo sacaron de la plaza”.

Septiembre 23 de 2009. Un video le da la vuelta al mundo, en el que se ven a Juanes y a Miguel Bosé enojados y amenazando con no dar el concierto, porque están cansados de ceder, a pesar d que lo han pactado todo. Una brutal evidencia de que estos personajes fueron manipulados, humillados y chantajeados a más no poder.

Septiembre 24 de 2009. Sí, la estupidez humana es infinita. Y Norma Niurka vuelve a la carga con “Encuentro musical con el pueblo cubano tiende puentes”. Y lo hace cuando las mentiras, manipulaciones, falsedades, silencios y complicidades alrededor del concierto de Juanes ya han salido a la luz. Decir que el concierto tendió “un puente entre los cubanos de aquí y de allá” no sólo es una aberrante mentira, es de un grado de imbecilidad que raya lo inverosímil. “Cuba libre, es tiempo de cambiar y una sola familia cubana”, esas famosas frases que tanto enarbola Norma Niurka como pruebas del éxito de Juanes, son sólo ambigüedades que ni se asemejan al discurso del Papa Juan Pablo II, y como las de aquel, son sólo palabras que se las lleva el viento, y es que los regímenes totalitarios no creen en palabras. Los cubanos de aquí hace muchos años que tenemos tendidos el puente, es el castrismo quien lo bloquea. Los cubanos dignos de aquí y de allá llevan 50 años gritando Cuba Libre, mientras los miles que vn a la plaza a oír a los Castro o a Juanes, se lo toman. Los cubanos de aquí y de allá siempre hemos sido una sola familia, por eso el castrismo se empeña en mantenernos divididos. El exilio no es el que divide. El exilio es una parte de esa división artificial creada por el castrismo.

Septiembre 24 de 2009. A Juanes le gritan comunista en Nueva York cuando se niega a hablar de los presos políticos cubanos.

Septiembre 25 de 2009. Javier Ceriani declara a El Nuevo Herald que permaneció detenido en una estación policial móvil, y que tiene dolores en la espalda y un hematoma en el rostro.

Septiembre 25 de 2009. Ese fariseo oportunista llamado Carlos A. Saladrigas dice en El Nuevo Herald que “El exilio habló y Cuba bailó”, y justamente ese es el problema. El exilio intenta darle voz a los que en Cuba no pueden o no se atreven, mientras en Cuba se entregan al festín espurio de la recholata y el choteo. Este miope alabardero que a la fuerza busca convertirse en un líder de opinión, cuando no tiene ni la autoridad moral ni intelectual para ello, propone un estándar para medir la efectividad de estos eventos, que según él deben servir a tres objetivos fundamentales:

  1. ¿contribuyen a la reunificación de la dividida familia cubana?
  2. ¿abren espacios, ventanas y oportunidades para el pueblo cubano y para la oposición?
  3. ¿ponen el enfoque en el pueblo y en su bienestar?

Hoy, después del concierto, y siguiendo los parámetros de Saladrigas, se impone una verdad de Perogrullo: este concierto fue rotundamente inefectivo. ¿O acaso alguien puede demostrar lo contrario? Según Saladrigas, “algo muy importante se hizo evidente con este concierto y es la creciente desconexión entre el exilio y el pueblo cubano”. Este tipo no es cínico. Es mala idea. Lo que hizo evidente este concierto es la falta de solidaridad del mundo con Cuba. El oportunismo mediocre de muchos seudoartistas. Y que la nación cubana no está fracturada por culpa del exilio. No se puede culpar a la consecuencia de los males generados por la causa. Es cierto, “el pueblo no es lo mismo que el gobierno”, pero los pueblos viven su existencia como consecuencia de lo que han sido y de las circunstancias que han provocado y tolerado. Y Cuba se ha hundido, porque el cubano es demasiado hedonista. La nación se ha fundado sobre la base de preferir el goce al sacrificio- y no digo que esté mal, pero asumamos esa realidad de una maldita vez y no le pidamos peras al olmo. Quizás a eso se deba que abundan los buenos poetas, escasean los novelistas y brillan por su ausencia los filósofos.

A Saladrigas es bueno aclararle que es extraordinario que existan Vigilia Mambisa y su aplanadora-son parte del carnaval de alternativas-, y que no pueden arrasar con nuestra imagen y con nuestro mensaje, porque al final romper discos de Juanes no es un acto de violencia, es una protesta pacífica protegida por la Constitución. Es el acto de una minoría, un perfomance tan inútil como folclórico, tan pintoresco como intrascendente, tan teatral como tolerable, amparado en que la primera enmienda nos da el derecho a disentir y protestar. Lo trágico de todo esto es que nadie le prestó atención a un cartel de Vigilia Mambisa que decía que Castro es cómplice de los asesinos terroristas de las FARC-quizás eso debería interesarle más a Juanes antes de ir a Cuba. Pero en un mundo donde a un energúmeno llamado Evo Morales la ONU lo nombra Héroe mundial de la madre tierra y a un asesino terrorista como Fidel Castro lo nombran héroe mundial de la solidaridad, no podemos esperar que Juanes entienda la verdadera dimensión de su estúpido e inútil espectáculo.

Septiembre 25 de 2009. Olga Tañón dice “Juanes también se vio vigilado. Pudo pasar lo que haya pasado, pero lo que pasó fue un micro de lo que fue un macro. Lo más que me gustó fue que no se habló de política. Hicimos historia”. Nada, confirmado: culo grande cerebro pequeño.

Septiembre 26 de 2009.La junta de Educación de Union City canceló la actuación en la gala de una escuela Superior de Union City de Cucú Diamantes, por su participación en el concierto de La Habana. Cucú dijo que deberían “alentar la libertad de expresión y la tolerancia”, pero Cucú olvida que fue a cantar en un país donde el gobierno no permite esos derechos y tiene a cientos encarcelados por reclamarlos, y que ella no pidió que Cuba se abriera al mundo. La tolerancia, Cucú, no es one way. Y uno tiene que aprender a asumir la consecuencia de sus actos. Y si en esa escuela el 85 % son inmigrantes cubanos, tienen el derecho de decidir qué quieren ver. Después de todo, no oír a Cucú es bueno para los oídos y para la salud mental. Esta chica, que quién sabe de qué forma emigró a Italia muy joven, debería saber que ir a Cuba a llevarle un poco de circo manipulado a la gente sumisa, que calla sin decoro ante la opresión en nombre de la paz, mientras hombres dignos como Oscar Elías Biscet, Darsi Ferrer y Omar Saludes sufren tortura y prisión por oponerse pacíficamente a la dictadura es inmoral. El problema con muchos artistas, como con muchos políticos, es la falta de audacia, valentía y bravura.

Septiembre 26 de 2009. La prensa cubana dice que el video que ha visto el mundo fue manipulado. Aunque nadie sabe cómo se puede manipular un video en el que Juanes denuncia que lo vigilan, pero el Granma dice que Juanes estaba nervioso y el espía era el Sommelier del hotel. Mientras Fernán Martínez, el representante de Juanes dice que está de acuerdo con el Granma, y que todo fue porque Juanes estaba muy nervioso.

Todo parece indicar que la historia de los videos no termina aquí, y parece ser que aunque abiertamente en la discusión en el lobby del hotel nacional, Juanes se niega a ir a su habitación, luego lo obligan a ir a ella, y existe alguna grabación donde es presionado y obligado a dar el concierto. La resaca del concierto por la paz, que estuvo bastante cargadito de violencia verbal antes del concierto aún no termina. Esto, al parecer, apenas comienza. Hay muchas cosas hediondas detrás.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Juanes en Nueva York dice que Cuba es una maravilla

Como si no hubiera pasado nada, este cínico habla maravillas, a pesar de que todos hemos visto cómo le fue a él y a sus seguidores en Cuba. Ahora sí que a este tipo no lo libra de su patético comportamiento nadie. Ni aunque se lo pida a Dios.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL ESCANDALO TRAS EL CONCIERTO:LA BRONCA EN LA HABANA

El video muestra el show tras bambalinas de Juanes y sus cirqueros en La Habana. Una vez más el exilio se puede llenar la boca para decir: !se los advertimos pobres pendejos! Y lo terrible es que después que decían que no iban a subir a ninguna habitación que hablaran con ellos allí en el lobby del Hotel Nacional, los obligaron a subir a la habitación, y allí los amenazaron y les exigieron hacer el concierto. Los tres corderitos, asustados, se echaron a llorar y se doblegaron, aceptando las condiciones:se quedaron todos los borregos que el régimen les puso en la zona VIP. Pobres idiotas útiles.
Juanes, Olga Tañón y Miguel Bosé deberían explicar públicamente cuáles fueron las concesiones que hicieron a La Habana, cuáles las humillaciones, chantajes y maltratos a que fueron sometidos por parte del aparato represivo del castrismo. Hablaron tanta cáscara de piña por la paz que se lo deben al mundo.
Han vivido el terror que viven los cubanos a diario, y si quieren salvar un poquito su dignidad y credibilidad deben enfrentar públicamente las consecuencias de sus actos. Porque después de este fiasco algunas cosas quedan claras:
1. Debió escuchar a los cubanos que le dijimos que eso sería un acto político, porque el simple hecho de dar un concierto por la paz en Cuba ya era en sí mismo una declaración política, pero nadie escarmienta por cabeza ajena.
2. Que la carrera de Juanes se resentirá después de este fiasco.
3. Que Juanes no tiene en este momento una gota de credibilidad, y que quedó demostrado que su poder de convocatoria es de una pobreza penosa, pues no pudo convocar a ningún artista relevante.

http://www.youtube.com/watch?v=7Eg7r-XAAHE

lunes, 21 de septiembre de 2009

Ojalá o las claves de un concierto



El arte de agradar es el arte de engañar
Luc de Clapiers

Los romanos lo descubrieron y el castrismo lo practica: al pueblo, pan y circo. Aunque este domingo en La Habana no hubo ni agua y el circo que nos dieron Juanes y sus cirqueros fue de malísima calidad. Incluso fue una muestra de la decadencia y vejez de algunos de los presentes: Víctor Manuel, Amaury Pérez, Aute y Danny Rivera la máxima expresión. Para colmo de males, Olga Tañón sin voz. Juanes demostrando todas sus carencias vocales y su incapacidad para improvisar. Y si de improvisación se trata, el final desorganizado y caótico evidenció el amateurismo de los organizadores en este tipo de espectáculos masivos, que alcanzó el clima primero backstage, cuando se derrumbó una de las tarimas en que estaba la prensa, y después cuando ninguno de los invitados extranjeros se sabía la letra de lo que se cantaba, y Olga Tañón fue incapaz de cantar ninguno de los versos de Martí que musicalizó Van Van. Quizás lo más significativo de este concierto por la paz es la poca capacidad de convocatoria que tuvo el infeliz de Juanes, quien no logró arrastrar consigo a ningún cantante de verdadero impacto artístico, pues ni Miguel Bosé ni Olga Tañón son primeras figuras en ninguna cartelera significativa. Ya no hablemos de los restrojos que arrastró: Cucú Diamantes dio lástima (Yerba Buena es yerba mala, desde que Xiomara Laugart, lo único importante de ese grupo, los dejó), y el tal Jovanoti (Bosé lo presentó como un crack), muy conocido en su casa a la hora de comer, fue la nota humorística en medio de la gran farsa, haciendo el ridículo con sus torpes payasadas. Hay que decir que, artísticamente hablando, sólo Orishas logró conmocionar verdaderamente a los espectadores (por cierto, la infeliz Cucú, los presentó en singular), mientras la dosis de espectáculo la puso Van Van, y la de nostalgia Silvio, con su “Ojalá”. Lo demás, para el olvido.
Pero dejando a un lado la pobreza artística, analicemos algunas de las claves políticas que allí se mostraron.
Miguel Bosé hace alarde de mala memoria o de mala fe, cuando dice “la guerra es una mierda”, justo en el mismo escenario desde donde la dictadura castrista legitimó con sus discursos el envío a la muerte de miles de cubanos en las guerras de Angola, el Congo y Etiopía. Y en las guerrillas de Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
La peripatética Cucú pidió que “el mundo se tiene que abrir a este país”. La chica no sólo es fea y mala cantante, sino encima es bruta y mala persona. Porque ella vive en Nueva York y tiene acceso a toda la información, y sabe perfectamente que es Cuba quien está claustrofóbicamente encerrada en sí misma.
Carlos Varela, que dejó hace mucho de ser contestatario en una Cuba donde la oposición es de una vitalidad y entereza cada vez mayor, apareció vestido de negro (y yo hubiera querido ver ahí una sutil protesta, pues el negro es el color del luto, pero esa protesta no existió, porque él gusta de ese color para sus conciertos)con un letrero paródico que decía: “Tengo una camisa blanca”, y cantó una canción ambigua y etérea sobre la verdad, que era más vacía que el estómago de los cubanos que estaban en la plaza, pero con una frase que les venía a todos los presente-incluído Varela-como anillo al dedo: “la mentira se disfraza como la verdad”. Y al mismo tiempo, veíamos al baterista que lo acompañaba con una calavera en su pullover.
Y mientras Juanes dedicaba el concierto a “todos los cubanos, estén donde estén”, y pedía “cambiar el odio por amor”, las tomas de las cámaras se cansaron de restregarnos en la cara la esfinge del asesino del Che Guevara, responsable de tantos fusilamientos. Y cuando él y Bosé le dijeron al joven negro que ondeaba una bandera cubana que subiera al escenario, los policías de la seguridad del estado enseguida se encargaron de bajarlo, para recordarle al colombiano quién mandaba allí.
La llegada de Van Van, además de ser el cierre del evento y el único momento de show de la tarde, trajo consigo los momentos más significativos-sin duda alguna, la historia de la música popular cubana habrá que escribirla antes y después de Van Van, aunque hace mucho que la agrupación no hace nada verdaderamente relevante, y ha mostrado una gran decadencia artística en los últimos años. Primero nos mostró a un Juan Formell muy drogado diciendo: “duélale a quien le duela, ya se hizo el concierto por la paz, está bueno ya”, demostrando una vez más que todo lo que tiene de buen músico lo tiene de energúmeno. Sobre todo cuando sabemos que a pesar de lo mal que habla del castrismo en privado (cosas de la doble moral y el oportunismo), en público tiene que pagar el hecho de que el régimen haya liberado a su hijo Samuel, percusionista y líder de la banda, de la prisión que cumplía por el asesinato en primer grado de una anciana a la que mató para robarle.
Este domingo Formell, que dijo que “Gorki no tiene nada que hacer ahí, porque no hace nada de valor”, y que dijo que "muchos músicos de Miami no tienen derecho a tocar en la Isla, porque no son importantes a nivel mundial”, sólo se cogió, como se dice en cubano callejero, el culo con la puerta, porque mientras el concierto por la paz era una tragicómica exhibición de mediocridades, Gorki hacía en Miami algo de mucho valor, del valor que no tiene él ni ninguno de los que estuvo allí, al decir lo mismo que ha dicho en Cuba con inmensa dignidad: “el mal de mi país se llama Fidel y Raúl”.
En los instantes finales, cuando comenzaron a nombrar países (yo, quién sabe por cuál trasiego de mi memoria emotiva, escuchaba “Ya viene llegando” de Willy Chirino)Juanes gritó “Estados Unidos… también Miami” (el público, quién sabe por qué extraño y ambicioso trasiego de esperanza, deliró), y luego nombró a Los Aldeanos y a Silvito “El libre” (Yotuel se lo soplaba al oído), en un claro reconocimiento de lo que ya todos sabemos: Juanes negoció el concierto, y no pudo escoger a los artistas cubanos que hubiera querido que le acompañaran, porque el castrismo le negó rotundamente la presencia de artistas de Miami, que son verdaderos ídolos en la isla: Willy y Gloria. Y le prohibió que subiera al escenario de la plaza a los de la isla que en verdad tienen algo que decir.
Luego, los gritos de ¡Cuba libre!, y de ¡una sola familia cubana!, fueron los únicos momentos de verdadera autenticidad en la tarde más ambigua que Cuba haya vivido en los últimos 50 años, mientras la masa amorfa, sin dignidad, se entregaba al vago gozo del circo, las maromas y el teatro. Y es que las masas no tienen ni ideología ni decoro. La dignidad es una virtud practicada por unos cuantos elegidos. Y esos cuantos este domingo no estaban sobre el escenario ni debajo. Estaban amordazados, vigilados y amenazados o encarcelados.
Ojalá Juanes haya aprendido en este viaje que quien tiene dividida a Cuba es la misma dictadura a la que le tuvo que pedir permiso para hacer este concierto. Y también que, como decía Cicerón, “la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Misa Para Camaleones


Este artículo de Zoé Valdés, en su blog http://zoevaldes.net/ al que le pongo un link debajo, es sin duda, desde ya, una lectura obligada para entender a Cuba lejos del cotidiano proceso reduccionista de análisis en que lo quieren encerrar muchos, dividiéndolo todo entre buenos y malos, y olvidando los matices, que son infinitos.
Recuerdo ese concierto de Carlos Varela, porque yo estuve grabando como parte de un equipo de jóvenes realizadores de la televisión cubana. Los invito a esta fabulosa Misa para camaleones.

http://zoevaldes.net/2009/09/02/misa-para-camaleones/