miércoles, 23 de abril de 2008


Poema del olvido
Algo mira por todas las ventanas,
hacia dentro o hacia afuera.
Algo pasa por todas las puertas,
hacia afuera o hacia dentro.
Roberto Juarroz

a León Felipe

Se oculta la tinta en el cuentagotas del exiliado.
Se oculta el espíritu que se ahoga en la abstracción
como vida que cruje en la melancolía de los muertos,
de los hombres que llevan el corazón en las amígdalas.

La riqueza se acobarda en las altas horas del exiliado.
La riqueza es un cuarto de azotea sin ventanas,
que no pasa por la puertas donde fenecen los poetas.
La soberbia ensangrienta la imaginación que muerde
el pecho de la envidia y confisca el ojo del amor.

Solo como vigía que pincha la carne y clausura los sueños.
Solo como llanto que oblicuo lame su transparencia.
Solo como destino que es escarnio y decapitaciones.
Solo que da grima así yace el lenguaje del exiliado.

Anuda sus dedos en otra identidad que no podrá leer
y habla bien delante de los otros que descansan en la cruz
y habla mal delante de los suyos que mueren en la deuda.
Pobre criatura que envejece agitada en la invalidez del tiempo.

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