El gobierno legítimo de Roberto Micheletti, nombrado por el Congreso de ese país, máxima instancia institucional, ha demostrado que está dispuesto a defender la democracia, la legalidad y la institucionalidad hondureña que el “comemelones” de Zelaya violentó. Se mantuvo firme, no cedió ante las presiones, y no dejó que el avión pagado por Hugo Chávez, que traía al traidor Zelaya (acompañado de ese franco simpatizante de Fidel Castro-el dictador más despiadado y que más tiempo haya permanecido en el poder en Latinoamérica-, que hoy ocupa la presidencia de la Asamblea General de la ONU, llamado Miguel D’Escoto- Descroto le dicen algunos) aterrizara en el aeropuerto de Tegucigalpa.
Pero la escaramuza aérea provocó que los simpatizantes del destituido presidente, que se agruparon para recibirlo, fueran reprimidos, tras intentar apoderarse violentamente del aeropuerto y transgredir las leyes y disposiciones del legítimo gobierno de Micheletti. Y, según la policía hondureña, con un saldo de 2 muertos y dos heridos. Zelaya ignoró lo que le pidió la Iglesia Católica del país, a través de su cardenal Oscar Andrés Rodríguez, de que no regresara para "evitar un baño de sangre, hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde”. Evidentemente ya es demasiado tarde.
"En nombre de Dios, detenga esa masacre", dijo Zelaya en un exhorto al jefe militar del país Romeo Vásquez (Zelaya es un tipo sin dignidad y sin memoria; ¿cómo se atreve a pedirle semejante cosa al hombre que días antes destituyó injustificadamente para satisfacer sus ambiciones dictatoriales, provocando toda esta crisis?), transmitido por la cadena televisiva Telesur, mientras Zelaya se acercaba en un avión a Tegucigalpa. Pero es evidente que es Zelaya él único y absoluto responsable de los muertos y heridos, debido al irresponsable e ilegal comportamiento que ha asumido antes de ser derrocado y el que continúa manteniendo desde entonces, instigado por la turba de malandrines, matones. ignorantes y pedófilos que gobiernan los países en los que se construye el Socialismo del Siglo XXI; un Frankestein ideológico sobre el que ni ellos mismos pueden teorizar.
Del intento por llegar a Honduras caben destacar varias cosas:
1. Ninguno de los que dijo que acompañaría a Zelaya en el regreso lo hizo. Miedo hubo, sin duda.
2. Chávez, acostumbrado a que se le aflojen las piernas, ni fue en el avión, ni ha mandado las tropas como prometió en una más de sus fanfarronerías. Sabe que el ejército hondureño no es jamón y está bien entrenado.
3. Zelaya no aterrizó en El Salvador, donde le esperaban los presidentes chanchulleros que se acobardaron: Cristina, Lugo y Correa, sino en Managua, donde el otro parlanchín de Ortega se atrincheró sin decidirse al viajecito frustrado-recordemos que no se le conoce acción militar alguna a este engendro sandinista durante la guerra contra Somoza-, pero después se fue a El Salvador con el resto de la tribu que lo apapacha, en espera de instrucciones de Chávez y Fidel Castro, quien es el que está manejando tras bambalinas los hilos de estos acontecimientos.
4. Micheletti declaró que está dispuesto a hablar con la OEA, pero que el regreso de Zelaya no es negociable.
5. La prensa internacional (AFP habla de 30 mil personas, cuando las imágenes de la televisión demuestran que es mentira, pues los manifestantes eran unos cuantos cientos) quiere mostrar a toda costa que hay un apoyo masivo de los hondureños al regreso de Zelaya. Algo que no se ha demostrado en las manifestaciones callejeras. El apoyo a Micheletti es mayoritario. Y los muertos: un niño (quién carajo lleva a un niño a un acto violento) y una mujer acuchillada, en lo que resulta un acto delincuencial y no una acción de militares, que no mostraban bayonetas en sus armas. Lo que nos dice que la manipulación de la prensa de izquierda es una de las argucias que comienzan a usar contra Honduras.
6. Micheletti ha denunciado el movimiento de tropas de Nicaragua hacia la frontera con Honduras, y ha dicho que repelerá cualquier ataque. Ortega lo negó. No se atrevería a lanzarse solo en semejante aventura. Si lo hace no le va a ir bien con los hondureños. Por demás, cualquier acción militar injerencista movilizará a las tropas de Estados Unidos. Y el final será otro, y muy rápido.
7. Zelaya pidió a Estados Unidos que intervenga en la crisis política que sacude a su país y que imponga sanciones al Gobierno interino. Dijo:"Creo que a partir de mañana la responsabilidad de esto también recae sobre las potencias, especialmente sobre los Estados Unidos, que teniendo una fuerza tan grande (...) debe tomar acciones. Si los Estados Unidos de América van a convivir con golpistas se termina la democracia en América”. Esto es el colmo del descaro y el cinismo. Ahora resulta que están pidiendo una intervención americana para reponer en el poder a este imbécil. ¿Por qué no piden lo mismo para países gobernados por dictadores como Cuba y Venezuela? Más le vale a Obama andarse con pies de plomo y dejarse de pendejadas con estos sátrapas totalitarios.
2. Chávez, acostumbrado a que se le aflojen las piernas, ni fue en el avión, ni ha mandado las tropas como prometió en una más de sus fanfarronerías. Sabe que el ejército hondureño no es jamón y está bien entrenado.
3. Zelaya no aterrizó en El Salvador, donde le esperaban los presidentes chanchulleros que se acobardaron: Cristina, Lugo y Correa, sino en Managua, donde el otro parlanchín de Ortega se atrincheró sin decidirse al viajecito frustrado-recordemos que no se le conoce acción militar alguna a este engendro sandinista durante la guerra contra Somoza-, pero después se fue a El Salvador con el resto de la tribu que lo apapacha, en espera de instrucciones de Chávez y Fidel Castro, quien es el que está manejando tras bambalinas los hilos de estos acontecimientos.
4. Micheletti declaró que está dispuesto a hablar con la OEA, pero que el regreso de Zelaya no es negociable.
5. La prensa internacional (AFP habla de 30 mil personas, cuando las imágenes de la televisión demuestran que es mentira, pues los manifestantes eran unos cuantos cientos) quiere mostrar a toda costa que hay un apoyo masivo de los hondureños al regreso de Zelaya. Algo que no se ha demostrado en las manifestaciones callejeras. El apoyo a Micheletti es mayoritario. Y los muertos: un niño (quién carajo lleva a un niño a un acto violento) y una mujer acuchillada, en lo que resulta un acto delincuencial y no una acción de militares, que no mostraban bayonetas en sus armas. Lo que nos dice que la manipulación de la prensa de izquierda es una de las argucias que comienzan a usar contra Honduras.
6. Micheletti ha denunciado el movimiento de tropas de Nicaragua hacia la frontera con Honduras, y ha dicho que repelerá cualquier ataque. Ortega lo negó. No se atrevería a lanzarse solo en semejante aventura. Si lo hace no le va a ir bien con los hondureños. Por demás, cualquier acción militar injerencista movilizará a las tropas de Estados Unidos. Y el final será otro, y muy rápido.
7. Zelaya pidió a Estados Unidos que intervenga en la crisis política que sacude a su país y que imponga sanciones al Gobierno interino. Dijo:"Creo que a partir de mañana la responsabilidad de esto también recae sobre las potencias, especialmente sobre los Estados Unidos, que teniendo una fuerza tan grande (...) debe tomar acciones. Si los Estados Unidos de América van a convivir con golpistas se termina la democracia en América”. Esto es el colmo del descaro y el cinismo. Ahora resulta que están pidiendo una intervención americana para reponer en el poder a este imbécil. ¿Por qué no piden lo mismo para países gobernados por dictadores como Cuba y Venezuela? Más le vale a Obama andarse con pies de plomo y dejarse de pendejadas con estos sátrapas totalitarios.
Otros hechos a destacar en esta tragicomedia es que la OEA suspendió a Honduras, pero ya Honduras y su presidente legítimo habían renunciado. Lo curioso e hipócrita es que esta misma OEA aprobó el levantamiento de la suspensión a Cuba. Una dictadura militar de 50 años, que tiene decenas de periodistas y disidentes en prisión, y tiene suprimidas todas las libertades y derechos humanos de los cubanos.
También es lamentable que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hayan anunciado que congelarán los préstamos al pequeño país centroamericano, donde más de un 70 por ciento de sus casi ocho millones de habitantes viven en la pobreza, mientras que Chávez anunció que no les enviará más petróleo. Chantaje contra un pueblo que lo único que ha hecho es defender la democracia de un delincuente que quería usurpársela.
Por otro lado, la OEA, convertida en un clan de dictadores disfrazados de presidentes, se niega a reconocer que lo que ha hecho Hugo Chávez en Venezuela y lo que pretenden hacer Correa, Morales y Ortega son golpes de Estado camuflados de procesos electorales amañados y fraudulentos. ¿Por qué la OEA no actúa cuando Chávez despoja a Ledezma de la alcaldía de Caracas, y da un golpe de Estado por decreto y coloca a una chavista para que usurpe ese cargo?
Algo que llama la atención en esta historia es que el "pendejo" e "inmoral" de Insulza, según lo calificó el propio Chávez, aceptó que el pedófilo de Ortega, el dictadorzuelo de Raúl Castro y el golpista de Chávez, propongan un embargo a Honduras, cuando califican de crimen del imperio al embargo que Estados Unidos aplica a Cuba con razones sólidas, tratándose de una dictadura que apoya al terrorismo internacional.
Nos queda claro, que alguien sea elegido democráticamente como presidente de un país no le da carta blanca para convertirse en un delincuente democrático. El voto del pueblo no se puede usar como herramienta de impunidad. Todo presidente democrático tiene que mantenerse dentro de la legalidad y hacer sólo las cosas para las que fue elegido: gobernar para el bienestar del pueblo. Si viola ese principio, que se atenga a las consecuencias. El mensaje de Honduras a Chávez y su pandilla del ALBA los debe haber puesto a temblar. Honduras, Micheletti y sus instituciones han puesto el honor político de Latinoamérica en alto.
Tras impedir que Zelaya regrese, la democracia hondureña se apuntó un gran éxito. Sólo queda esperar cuál va a ser la posición de Barack Obama, quien equivocadamente se apresuró a tomar partido por el lado de los perdedores. Por ahora, a Zelaya y su patrocinador Chávez, el tiro les salió por la culata.
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