martes, 8 de diciembre de 2009


Y ESE OJO TIESO que se deslumbra
como tigre que muerde bendiciones.


Lagrimada entonces la soledad,

el hilo de la sal relincha,

la sangre y su concierto,

sus perros de la vida
y sus letanías de silencio.

Y ese ojo tieso que se lame

como pistoletazo que cae sobre el aplauso.


Música entonces el viaje

la pérdida del cielo promete,

el cordero y su epifanía,
las banderas de la noche

y sus ogros de la muerte.


Y ese ojo tieso entre nasas y redes

pintado de bermellón palpa sus voces.

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