Cuba: Primero de Mayo o el Discurso de los Pleonasmos en el Bastión inexpugnable
Por Raúl Dopico
Cuando las dictaduras totalitarias, faltas de imaginación como resultan, se lanzan con sus cabecillas o voceros a defender una realidad virtual con la que pretenden construir un castillo de naipes junto al vórtice de un huracán que se les viene encima y los amenaza con borrarlos, acuden a verbos vacuos, adjetivos descoloridos, oraciones abstractas, reiteraciones y vicios, y lo hacen en abundancia, con descaro. Es la consagración, desde la tribuna de la decadencia, del discurso de los pleonasmos.
Eso fue lo que presenciamos hoy en el acto castrista por el primero de mayo. Salvador Valdés, el hombre que finge dirigir a los trabajadores cubanos mediante la Central de Trabajadores oficialista, es una triste caricatura de lo que puede ser un líder sindical en un mundo libre. Ni siquiera tiene el carisma de los agitadores sociales, el infeliz. Habla de "actualización de nuestro modelo económico", y las palabras suenan huecas. Y suenan así porque lo son. No se puede actualizar sin querer actualizar, pero menos se puede actualizar lo que necesita ser desechado por inservible, o mucho peor, por inexistente. Porque si algo no existe en Cuba es un modelo económico, sino un experimento social en el que el gobierno juega a mantenerse en el poder asfixiando al pueblo con la miseria y la dependencia del estado, que criminaliza la independencia, la iniciativa individual y la creatividad.
Cuando Valdés habla de esfuerzos y sacrificios para dignificar el trabajo y garantizar el crecimiento económico, millones de cubanos sienten la punzada de la amargura en el pecho, el dolor de la desesperanza en la cabeza, los estragos del hambre en todo el cuerpo. Miran hacia atrás y se preguntan, en un ejercicio retórico tan vital como inútil, si eso no es lo que han estado haciendo desde hace medio siglo. Desde el cordón de La Habana, desde las vacas milagrosas del ingeniero en jefe, desde la zafra de los 10 millones que nos iba a poner de golpe y porrazo en el primer mundo, desde que una vaca iba a darle leche a todos los niños, desde que el picadillo de soya era el mejor alimento del mundo, desde que la masa cárnica -qué rayos sería- nos nutría a niveles de países desarrollados. Se preguntan, ahora que están exhaustos tras una larga espera, por la prosperidad que les prometieron pero no ha llegado, a no ser para los animales que se apoderaron del control de la granja y se han enriquecido esclavizando al resto de los animales (Orwell Magister dixit)
Cuando Valdés llega a eso de que la batalla económica es vital para preservar el sistema, las gargantas resecas gorgojan una respuesta, pero todavía no se atreven a vomitarla. La idea flota en toda la plaza: quién le ha dicho a este energúmeno que queremos preservar el sistema. Pero no importa, Valdés, simulador consumado, se hincha los pulmones y exhala la arenga con la que intenta convencer a la masa amorfa de carneros, y la masa, sudorosa y desesperada, aplaude y simula una euforia que la da al espectáculo una apariencia de realidad que no tiene. Después de todo, gritan orgullosos los altavoces, somos un bastión inexpugnable. Y Valdés se desgañita con una verdadera joya de la oratoria castrista, contra los que "intentan desacreditarnos con falsas calumnias". Y es que el pobre, animal sin pedigrí, no tiene quién le escriba los discursos.
Primero de Mayo en Cuba
Agencias Acto por el Día de los Trabajadores. La Habana, 1 de mayo de 2010. (AFP)
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) pidió este sábado a los cubanos "extraordinarios esfuerzos y sacrificios" para apoyar lo que llamó "actualización" del modelo económico, planteada por el gobierno de Raúl Castro, informó EFE.
Salvador Valdés, secretario general de la CTC —único sindicato legal en la Isla, controlado por el régimen—, hizo el llamado en su discurso del acto central del 1 de Mayo, realizado en la Plaza de la Revolución de La Habana con la presencia de Raúl Castro.
"Convocamos a los trabajadores y al pueblo a apoyar la actualización de nuestro modelo económico, que requerirá de extraordinarios esfuerzos y sacrificios, conscientes de que sólo dignificando el trabajo (...) garantizaremos el crecimiento económico y social del país", manifestó Valdés.
"La batalla económica" es "como nunca antes, tarea vital para preservar" el sistema, "y librarla con éxito implica que cada cual se disponga a cumplir la parte que le corresponde y esté consciente de que el reordenamiento institucional y laboral involucra a todos", añadió.
"Si queremos avanzar y elevar el nivel de vida de la población y mantener e incluso mejorar racionalmente lo alcanzado en terrenos como la salud, la educación, la seguridad y asistencia social, tendremos que compartir carencias y los esfuerzos por vencerlas", dijo el funcionario.
El 1 de Mayo se celebró este año precedido de las advertencias expresadas a principios de abril por el general Raúl Castro de que su gobierno no puede mantener subsidios "excesivamente paternalistas" y de que sobran un millón de cubanos en las plantillas estatales.
Cuba vive una profunda crisis económica y una aguda falta de liquidez provocadas, entre otros factores, por la desastrosa gestión del gobierno, la crisis internacional, el embargo estadounidense y los devastadores efectos de tres huracanes en 2008.
Valdés llamó además a dar "la más enérgica y firme respuesta a los que desde los centros de poder de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), secundados por grupúsculos y mercenarios internos, intentan desacreditarnos con falsas calumnias, fruto de su odio ancestral".
En las últimas semanas el régimen ha acusado a la UE, a Estados Unidos, los medios internacionales de prensa y la disidencia interna de llevar a cabo una "campaña anticubana".
Esa ha sido la respuesta de La Habana a la fuente condena internacional por la muerte en huelga de hambre del preso político Orlando Zapata, el pasado 23 de febrero, y el recrudecimiento de la represión contra las Damas de Blanco y la oposición.
Tras las palabras de Valdés, un bloque de cientos de jóvenes y estudiantes uniformados, que portaban un cartel con el lema "Unidos por el deber" y que gritaban "Fidel" iniciaron el desfile.
Como es habitual, el gobierno movilizó a centenares de miles de cubanos para la fecha. La mayoría asistió a la Plaza vistiendo camisetas rojas y muchos llevaban imágenes del Che Guevara, los hermanos Castro y carteles donde se leía "Viva Cuba libre", "Con la patria unidos" y "Fieles a las ideas", entre otras consignas.
A través de los altoparlantes de la Plaza, se escucharon frases como: "Abajo los mercenarios y el imperialismo", "no al chantaje", "las calles son nuestras", "Cuba no se rinde", "somos un bastión inexpugnable", reportó la AFP.
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