México, Calderón, inmigrantes Ilegales y Doble Moral

Felipe Calderón, como todos los presidentes mexicanos, no tiene ni una gota de dignidad. Pide respeto y trato digno para los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, al mismo tiempo que deporta a los cubanos ilegales que llegan a sus costas, y que ni siquiera van a quedarse en México, sino que buscan llegar a Estados Unidos. No quiere que deporten a los suyos, al mismo tiempo que deporta a los extranjeros ilegales en su país. Pero lo más amoral, lo más denigrante, es que las autoridades mexicanas estimulan, apoyan e incitan a la emigración de mexicanos a Estados Unidos, mientras extorsionan a los inmigrantes de otros países que pretenden llegar a la frontera.

El gobierno mexicano es el veradero culpable de la emigración de sus paisanos al norte. No les puede dar una vida digna y los obliga a irse, para apuntalar su economía con los miles de millones de dólares que se fugan de Estados Unidos a través de las remesas.

México pide para sus ilegales, lo que no es capaz de hacer por los ilegales de los demás. Y si bien Estados Unidos es un país de inmigrantes, tiene todo el derecho de regular la inmigración y expulsar a aquellos que llegan como ilegales violando las leyes del país, tal y como hace México.

No es ni justo ni digno pedir a Estados Unidos que acepte a millones de ilegales, mientras ningún otro país del mundo lo hace. Establecer la inmigración ordenada es un derecho y una obligación del gobierno estadounidense. Y ningún país del mundo tiene por qué decirle a Estados Unidos como regula y legisla la inmigración. Lo demás es demagogia, politiquería, conveniencia y doble moral. Como lo es llamarles indocumentados. Los inmigrantes no son indocumentados, ellos tienen documentos (actas de nacimiento, pasaportes, licencias de conducir, etc), son ilegales, porque han entrado en el país sin permiso.