Damas de Blanco Quiebran al Coronel Samper

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – Caucásico, marcial, un metro ochenta de estatura, el titulado Coronel Ernesto Samper, jefe de la Sección 21 de la policía política, aparentaba suaves modales y esmerada educación. Entró en la casa vestido de civil, acompañado de un subordinado pequeñito y con bigotes. Su presencia informal no indicaba su importante misión de Estado. Presentaría un ultimátum en forma de documento a las Damas de Blanco sobre sus actividades, y el mensaje del gobierno para impedir más acciones callejeras de la oposición.

Como el héroe independentista Antonio Maceo en la encrucijada de Baraguá, Laura Pollán rechazó el documento, porque no era garantía de la libertad de los presos políticos. Otra derrota al burócrata militar.

Una más en los últimos cinco meses. En diciembre, con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos, Las Damas salieron dos días seguidos por el Vedado y Centro Habana, tomando desprevenidas a la policía política, que reaccionó cuando los ciudadanos que las apoyaban eran más numerosos.

La muerte del preso político Zapata Tamayo evidenció la incapacidad negociadora del gobierno y la incomunicación entre los mandos del Ministerio del Interior. Produjo protestas en el mundo contra la dictadura, que en esos días realizó más de doscientos arrestos temporales en todo el país. Catalizó la unidad de la oposición democrática alrededor del crimen.

La semana de recordación a la Primavera Negra y los incidentes violentos contra Las Damas, luego de salir de la iglesia de Santa Barbará, en Párraga, provocaron que al día siguiente fuera relevado el oficial represor, y las turbas progubernamentales fueran dirigidas por un operativo de seguridad del Partido Comunista.

Por último, las largas sesiones de repudio, los domingos, contra Las Damas, al salir de la Iglesia de Santa Rita, no las han quebrado, y sí han aumentado la indignación de los demócratas y la indisposición social contra un gobierno cercado por los problemas.

Los diplomáticos malditos Volker Pellet (Alemania), Crist Simpson (Reino Unido), Ingemar Cederberg (Suecia), además de checos y norteamericanos, testigos, junto a la prensa internacional de estos actos, también fueron víctimas del acoso de las turbas y de la agresividad de la prensa oficial, lo que calienta las relaciones con esos países.

Diplomáticos occidentales comparan al Coronel Ernesto Samper con Heinrich Himmler, jefe de la Gestapo, por sus suaves maneras y su frialdad. Otras fuentes aseguran que el Coronel es temido por sus subordinados. Analistas dentro de la isla apuntan a la posible sustitución del Coronel, por no haber sido capaz de detener el ímpetu de Las Damas de Blanco, y el de una oposición que crece y gana seguridad ante un gobierno que se desmorona.

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