¡A Ganárselo!
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Una reflexión de Fidel Castro del pasado 26 de abril me ha hecho reflexionar también a mí, a pesar de que últimamente ni las leo, porque los asuntos mundiales, que parecen ser los únicos que le interesan a él, no me importan tanto como los de mi país.
Dice ahora Fidel que hay que llamar las cosas por su nombre. De acuerdo. Que quienes conservan un mínimo de sentido común observan lo poco que queda de realismo en el mundo en que vivimos. De acuerdo.
Cuando el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue nominado al Premio Nobel de la Paz, gustó el ingenioso comentario de Michael Moore: Ahora, a ganárselo.
Sin duda que Obama se lo podrá ganar. Quien jamás será nominado por el comité noruego para dicho Premio, y mucho menos podría ganárselo, es el casi eterno dictador cubano.
Son muchos los personajes de la historia contemporánea que cargan sobre sus espaldas cientos o miles de muertos. No es difícil recordar algunos nombres: Hitler, Mussolini, Stalin, Castro, Pinochet, etc.
Con excepción de Pinochet, todos los mencionados, al abandonar el poder, dejaron a sus países sumidos en profundas crisis económicas. Fidel Castro no será otra excepción, en sus días finales nuestra economía es tan débil y caótica, que basta media vez que un empresario chileno esté bajo la mirilla judicial, para que desaparezcan de nuestras tiendas los jugos y la leche en polvo.
De nada sirvieron los disparatados proyectos agropecuarios del Comandante, ni los ambiciosos planes de industrialización del Ché Guevara. Aunque en la Reflexión del 26 de abril el Comandante no lo diga, está implícito: Cuba está sumida en una profunda crisis económica, sin solución mientras él se empeñe en “construir el socialismo”.
Pero volvamos al tema.
Bajo el dominio de Fidel Castro, Cuba ha participado en muchas guerras ajenas y fomentado la violencia en medio planeta; como dijo en su libro Las armas de ayer, el empresario chileno Max Marambio: “En Cuba todo el mundo conspiraba¨.
Quizás no era “todo el mundo”, pero si muchos; expertos en tiro, explosivos, artillería artesanal, lucha urbana y otras artes de la guerra irregular, además de asaltos de bancos, fabricación de explosivos y quién sabe cuántas cosas más.
¿Con semejante currículo, quién se atrevería a proponer a Fidel Castro para el Premio Nobel de la Paz?
No obstante, si alguna vez crearan el Nobel de la Guerra, nuestro longevo dictador lo tendría garantizado.
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