Insiste la Dictadura Castrista en Presentar a Orlando Zapata Como Delincuente Común
Según la primera versión publicada en la Isla sobre el caso, Zapata Tamayo era un delincuente común que "adoptó un perfil político cuando ya su biografía penal era extensa", convencido "de las ventajas materiales que entrañaba una militancia amamantada por embajadas extranjeras".
El periódico asegura que el fallecido, reconocido como "prisionero de conciencia" por Amnistía Internacional, era un preso común que "fue estimulado una y otra vez por sus mentores políticos a iniciar huelgas de hambre que minaron definitivamente su organismo".
Granma se quejó de que "algunas agencias de prensa y Gobiernos se han apresurado en condenar a Cuba por la muerte en prisión", y agregó que "el eco mediático se tiñe esta vez de entusiasmo".
El diario portavoz del único partido permitido en la Isla, del que es primer secretario Fidel Castro, insistió en que en Cuba los "mercenarios", como llama el régimen a los disidentes, "pueden ser detenidos y juzgados según leyes vigentes" y que "en Cuba nadie desaparece ni es asesinado por la policía".
Añadió que "la absoluta carencia de mártires que padece la contrarrevolución cubana es proporcional a su falta de escrúpulos. Es difícil morirse en Cuba, no ya porque las expectativas de vida sean las del primer mundo (...) sino porque impera la ley y el honor".
Aseguró también que a Zapata Tamayo lo atendieron médicos "muy calificados que no escatimaron recursos en su tratamiento".
"Recibió alimentación por vía parenteral, La familia fue informada de cada paso. Su vida se prolongó durante días por respiración artificial. De todo lo dicho existen pruebas documentales", sostuvo Granma.
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