Primero de Mayo en el Paraíso de los Trabajadores
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Con el advenimiento del primero de mayo, el gobierno cubano ha convocado a “marchas del pueblo combatiente” para celebrar el Día los Trabajadores. A través de los controlados medios de difusión se realiza una intensa propaganda para que se asista masivamente a estos desfiles que se llevarán a cabo en la Plaza de la Revolución en La Habana, y en otras ciudades del país.
Se afirma que en Cuba, a diferencia de otros países, este es un día de júbilo para los trabajadores, que gozan de todas las seguridades proporcionadas por un Estado preocupado por su bienestar. La intensa propaganda, con sus embustes, soslaya las palabras del Presidente Raúl Castro en el último congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, cuando dijo que más de un millón de trabajadores, o sea, la cuarta parte de la fuerza laboral ocupada, sobra y será desplazada.
Realmente, no parece existir motivo de regocijo ante la posibilidad de perder el trabajo, o ser reubicado en otro ajeno a la preparación y experiencia, cuando además se conoce que las ofertas de reubicación más probables serán en la construcción y la agricultura. Mucho menos es causa de alegría que en estos momentos el salario promedio mensual de un trabajador no sobrepasa los 20 dólares, y se están reduciendo apreciablemente los beneficios -pocos y de mala calidad- que el gobierno tradicionalmente ha brindado por la vía social.
De tal suerte, no se tiene en cuenta el enorme aporte de los trabajadores al Estado mediante el cobro de salarios de hambre, una colosal subvención realizada por decenios al Estado, mientras paralelamente han estado recibiendo verdaderas migajas, ahora en proceso de reducción, bajo el pretexto de terminar con un supuesto “paternalismo”.
Igualmente, existe una ofensiva contra los gastos en la seguridad social brindada a los sectores más débiles de la población. En Santa Clara, por ejemplo, recibían asistencia social más de 7 mil núcleos familiares, de los cuales, luego del proceso de revisión integral, quedaron 3 mil 330.
Está claro que podrían haber existido otorgamientos indebidos, pero la magnitud del recorte demuestra que las autoridades procuran descargar el peso de la crisis, provocada fundamentalmente por un sistema disfuncional e ineficiente, sobre las espaldas de los más humildes.
Hoy el gobierno exige el incremento de la productividad y la exigencia de más trabajo y sacrificios a los trabajadores, sin garantizar salarios dignos y condiciones mínimamente humanas de labor, lo que incluso la prensa oficial refleja en sus crónicas. Ni qué hablar de la falta de herramientas y otros insumos necesarios, así como de la ausencia de una apropiada organización en la mayoría de los centros. Todo ese desbarajuste se pretende justificar con las consecuencias del supuesto bloqueo de Estados Unidos, que actualmente es el quinto socio comercial de Cuba, según estadísticas oficiales, y la fuente decisiva de remesas.
Como puede apreciarse, los trabajadores cubanos tienen motivos suficientes para “celebrar” el 1 de mayo.
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