Este oligofrénico, devalúa la moneda, crea un sisma de precios y luego dice que no hay motivos para que los comerciantes, que pagaron sus mercancías a un precio, ahora no puedan subir los precios. El dictadorzuelo quiere pasarle la factura de sus errores y disparates a la propiedad privada, en otro intento de socializar más su ya empobrecida economía. Bienvenida Venezuela al mar de la felicidad.
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