miércoles, 13 de enero de 2010

La sencilla tarea de colar una pistola en un avión


Tras el fallido atentado terrorista en un vuelo Amsterdam-Detroit en diciembre y la burla de la policía eslovaca un mes después, al colocar explosivos en maletas de varios pasajeros que viajaban a Irlanda, ha vuelto a cundir el pánico en los principales aeropuertos del mundo, lo que se ha traducido en controles más rigurosos, como el controvertido escáner personal. Pero, ¿son efectivos? Hay quien dice que sí, pero la realidad, que es muy tozuda, lo desmiente. Así lo prueba, al menos, el reportaje 'Una seguridad insegura', producido por El Mundo TV y que Telecinco emite esta noche (00.15 horas).

"Nos hemos tirado cerca de seis meses paseando por aeropuertos y estaciones de trenes. Y siendo benévolos podemos decir que las medidas de seguridad dejan bastante que desear", afirma Mark Wieting, director del reportaje.

Benévolos es poco. Son almas de la caridad. Un reportero se coló en un avión con una pistola de fogueo. Sí, de esas que no hacen daño, pero que al primer golpe de vista parecen reales. También están prohibidos en los aviones frascos de colonia, biberones, pinturas de labios, desodorantes... Sin embargo, una reportera pasa un control con una botella de medio litro... de agua.

Pero 'Una seguridad insegura' no se centra sólo en las discutibles medidas de control de los arcos de seguridad o los escáneres, también pone en entredicho el papel de los agentes privados. "Hemos visto las carreras que los guardias realizan con las sillas de ruedas destinadas a inválidos y su buena relación con el alcohol", comenta Wieting. Menos grave, aunque también reprobable, es la de aquellos vigilantes que hacen "la vista gorda" con personas mayores o con niños.

El reportaje de El Mundo TV constata lo fácil que resulta sacar a un menor de las Islas Canarias. "No nos pidieron ni su carnet de identidad, ni el libro de familia, sólo los papeles de residencia. Existe un vacío legal muy grande y eso nos lo dijeron personas de la seguridad", subraya el director. Son tantos los casos que recoge el reportaje –eso sí, con cámara oculta–, que se ponen los pelos de punta. Jaime, un piloto y experto en armas, denuncia que "cualquiera puede cometer un atentado desde el perímetro exterior de Barajas porque apenas existe vigilancia". En el aeropuerto madrileño los depósitos que contienen el combustible para los aviones apenas están custodiados.

¿Y de quién es la responsabilidad? "Aena, que no ha querido hablar para el reportaje, dice que la responsabilidad es de la Guardia Civil", comenta Weiting. Tampoco es para estar muy tranquilo si se viaja en el tren, en el Metro –agresiones a usuarios por parte de vigilantes en las estaciones de Atocha y Lavapiés– o si se va de marcha a locales nocturnos o discotecas. "La seguridad en los locales de ocio está vinculada en muchos casos a mafias, y existen porteros que reciben sobresueldos por dar palizas», concluye el director.

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