La Dama de Blanco Gloria Amaya González, madre de los presos políticos del Grupo de los 75 Guido y Ariel Sigler Amaya, murió este viernes a los 81 años, víctima de un derrame cerebral, confirmó a DIARIO DE CUBA su hijo Miguel Sigler Amaya, exiliado en Miami y también uno de los disidentes encarcelados en la primavera de 2003.
"Mi mamá se ha convertido en un emblema para todos los cubanos de dentro y fuera del país que luchan por la libertad. Muchos la han calificado como la Mariana Grajales de esta época, porque llegó a tener tres hijos presos a la vez", dijo Miguel Sigler.
Añadió que su madre superó cuatro infartos e isquemias cerebrales, y responsabilizó al gobierno cubano y a la Seguridad del Estado de su sufrimiento y muerte.
"Estaba muy delicada de salud", afirmó el exiliado y denunció que, a pasar de ello, recibía anónimos con amenazas de muerte a sus hijos.
Miguel Sigler dijo que, bajo un fuerte operativo, la Seguridad del Estado permitió la presencia de sus hermanos Guido y Ariel en el velorio, realizado en la casa familiar, en Pedro Betancourt, Matanzas, a donde acudieron varios líderes de la disidencia interna, como los ex presos políticos Jorge Luis García Pérez (Antúnez), Martha Beatriz Roque y Guillermo Fariñas.
Roque indicó a DIARIO DE CUBA que también asistieron Vladimiro Roca y siete Damas de Blanco. Entre ellas, la portavoz del grupo, Laura Pollán, esposa del disidente preso Héctor Maseda; Reina Luisa Tamayo, madre del opositor en huelga de hambre Orlando Zapata Tamayo; Julia Núñez, esposa de Adolfo Fernández Saínz; y Berta Soler, esposa de Ángel Moya, todos miembros del Grupo de los 75.
El velorio devino protesta
En sus últimos meses de vida, Gloria Amaya, fundadora de las Damas de Blanco, realizó dramáticos llamados internacionales por su hijo Ariel, cuya salud se ha deteriorado gravemente desde que entró en prisión, de acuerdo con sus familiares.
Según Miguel Sigler, el velorio de su madre se convirtió en una protesta, al comprobar los asistentes la crítica situación del preso político. Está "postrado", "parece un cadáver", dijo el exiliado.
Roque describió como "deprimente" el estado de Ariel Sigler. "Es un asesinato lo que cometen con él".
La líder opositora dijo que la Seguridad del Estado tuvo que llevarle al velorio en una camilla y luego sentarlo en una silla de ruedas.
"Cuando se iban, lo tuvieron que volver a acostar. Fue entonces cuando los presentes empezaron a gritar '¡Ariel, no estás solo, estamos contigo!'", relató Roque.
"Eran las 4:30 de la mañana y había unas 50 personas en la casa gritando '¡Libertad!, ¡Abajo los Castro!' y otras frases contra el régimen", añadió.
De acuerdo con Roque, la Seguridad del Estado no permitió que los dos hermanos presos coincidieran, ya que fueron llevados a la casa familiar en horas diferentes.
Ariel Sigler lleva más de un año internado en el hospital Julito Díaz, de La Habana. "Fue campeón nacional de boxeo en su peso, es licenciado en Cultura Física y dominaba varias artes marciales. Es un hombre deportista y mantuvo durante sus primeros cinco años en prisión esa actitud. Sorprende a toda la familia que de repente haya caído en ese estado de salud tan crítico", dijo Miguel Sigler.
"Mi hermano, que era un hombre corpulento y bien parecido, pesa menos de cien libras, no puede caminar, sus piernas parecen disecadas", agregó.
Josefa López, esposa de Miguel Sigler y enfermera de profesión, dijo que Ariel padece hemorroides sangrantes, múltiples infecciones en la garganta, polineuropatía, quistes en ambos riñones y la vesícula, osteoporosis, artritis, neumonía, enfisema pulmonar, gastritis, dolores intensos en músculos, huesos y articulaciones, hipotensión y problemas circulatorios, entre otros males.
'Ella era la principal'
En el momento de su arresto en 2003, Ariel Sigler era presidente del Movimiento Independiente de Derechos Humanos Opción Alternativa, de Matanzas, del que también formaban parte Guido —recluido en la Prisión de Agüica, Matanzas— y Miguel. Juan Francisco ocupa hora la presidencia interina de la organización opositora.
Guido y Ariel cumplen 20 años de prisión cada uno. Miguel, excarcelado en marzo de 2005, vio a su madre por última vez hace cuatro años, cuando partió exilio.
"Las veces que hablé con ella por teléfono, mantenía su espíritu y nos daba ánimo", recordó. "Somos 36 miembros de la familia Sigler Amaya consagrados a la causa de la libertad de Cuba, y mi mamá era la principal".
"Ella siempre fue patriota. Fue una madre que es un ejemplo a seguir para todos los cubanos, por su dignidad. Fue una mujer que siempre estuvo a favor de la democracia, que mantuvo una actitud contestataria al régimen y por esta razón fue reprimida y condenada al ostracismo por parte de la dictadura", denunció el exiliado.
"Pasó mucho trabajo para criarnos porque no le daban empleo por las ideas que tenía. Cuando empezamos a crecer, comenzó a inculcarnos esas ideas de democracia, de libertad", relató.
Miguel Sigler aseguró que Gloria Amaya "sufrió muchos actos de repudio, fue golpeada brutalmente en varias ocasiones" en su propia casa, "le rompieron la columna vertebral y estaba de por vida en una silla de ruedas".
"A pesar de su edad y de su sufrimiento, participaba en vigilias y conferencias, mucha gente iba a la casa a escucharlas. Para nosotros era un estímulo verla siempre luchando", concluyó el exiliado.
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