Por MARY BETH SHERIDAN y WILLIAM BOOTH
The Washington Post
Un estadounidense que está preso en Cuba, calificado por La Habana como un espía, es un experto en desarrollo internacional de 60 años, natural de Potomac, Maryland, que ha estaba trabajando en un proyecto del gobierno de EEUU para ayudar a la población judía de la isla a tener acceso a la internet, según dijeron antiguos colegas y otras fuentes.
El arresto de Alan P. Gross fue la más clara señal del enfriamiento entre Washington y La Habana, tras el inicial relajamiento bajo el gobierno de Obama. El gobierno cubano no ha encausado a Gross, pero lo ha mantenido en la cárcel desde su arresto el 4 de diciembre y ha presentado sus actividades como parte de la campaña norteamericana para promover cambios en la isla.
Gross estaba trabajando para un controversial programa de promoción de la democracia --que había crecido mucho bajo el gobierno de Bush-- dirigido a suministrar equipos de comunicaciones para romper el "bloqueo informativo'' impuesto por el gobierno cubano.
Amigos de Gross dijeron que éste estaba entusiasmado con el programa y no parecía comprender el peligro que corría.
"Probablemente era simple ingenuidad, no ver nada malo en lo que estaba haciendo'', dijo Bob Rourke, un asesor de desarrollo que lo conoce desde hace 20 años.
El gobierno de EEUU y el empleador de Grosss, Development Alternatives Inc., radicada en Bethesda, Maryland, habían declinado identificarlo hasta ahora, aparentemente con la esperanza de que el caso pudiera resolverse discretamente. Pero la semana pasada, el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, acusó a Gross de haber "sido contratado por los servicios de inteligencia norteamericanos''.
Washington lo ha negado y describió a Development Alternatives como un contratista de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU. El caso también ha suscitado preocupaciones de que los grupos judíos implicados en el proyecto pudieran afrontar repercusiones. Según la ley cubana, es ilegal para los ciudadanos cooperar con los programas por la democracia de EEUU.
Fuentes familiarizadas con el trabajo de Gross dijeron que estaba ayudando a bajar en memorias portátiles música, acceso a Wikipedia y la Enciclopedia Británica. El proyecto también estaba dirigido a ayudar a miembros de la pequeña comunidad judía en Cuba a comunicarse entre sí y con judíos de otros países, dijeron las fuentes, hablando anónimamente dado lo sensible del caso.
Cuando se le preguntó por el trabajo de Gross, el presidente de Development Alternatives, James Boomgard, dijo estar tratando de facilitar las comunicaciones en ‘‘una organización religiosa no violenta, no disidente''.
"Alan es un trabajador social por entrenamiento y un dedicado profesional del desarrollo internacional con 25 años de experiencia suministrando ayuda humanitaria a personas en unos 50 países de todo el mundo'', dijo en una declaración.
La esposa de Gross, Judy, hizo una breve declaración diciendo que era "un momento difícil para nuestra familia'', que incluye a dos hijas veinteañeras. "Estamos agradecidos por el apoyo y las oraciones que hemos recibido para el rápido y seguro regreso de nuestro esposo y padre'', añadió.
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