Foto: Claudio Fuentes Madan
Por Claudia Cadelo. Blog Octavo Cerco
23 y 12 es conocida por muchas cosas, entre ellas porque venden pan en pesos, en CUC, y por la libreta de abastecimiento. El sábado en la mañana se desató la odisea del Pan: no alcanzó en la mañana la ración de un pan por persona, no había nada en la panadería de venta “liberada”, y las dulcerías en moneda dura estaban vacías (ni siquiera dulces tenían).
La versión popular: no hay harina; la versión oficial: ¿…? Lo curioso es que en las tiendas en pesos convertibles no ha aumentado la escasez habitual de harina de castilla, a su "módico" precio de 5CUC por 5Kg.
Mientras la temperatura baja la cola crece y se mezcla con la de la parada de la guagua. Paralelamente en las tiendas en pesos convertibles -donde único se pueden adquirir la mayoría de los productos de la canasta básica-, las vitrinas exhiben sus estantes limpios de mercancía.
Nadie sabe qué pasa. El periódico sigue hablando de Chávez, Colombia y el aumento de la producción agrícola nacional, la televisión luce fábricas súper productoras que sobre-cumplen sus planes anuales, y la radio repite como papagayo las reflexiones de Fidel. Mis vecinos -desde la cola del pan- teorizan sobre la nueva ola de necesidad.
De la acera de enfrente miro la larga línea de los que esperan y recuerdo que una vez, en un lejano país, el grano de arena que colmó la copa de un pueblo y terminó destronando a un rey fue, justamente, la escasez de pan.
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