jueves, 7 de enero de 2010

El Día Que el Karma Nos Alcanzó


Que lejos estábamos los cubanos de imaginar, en el lejano año de 1939, que cuando el presidente Federico Laredo Bru le negó la entrada en la isla a cientos de judíos que huían del nacional socialismo alemán y el clima antisemita provocado por la ascensión de Hitler al poder- apenas un año antes los judíos alemanes habían vivido la terrible “noche de los cristales rotos”-, que un día seríamos nosotros los judíos del Caribe, quienes nos veríamos huyendo del nacional socialismo cubano y su estela de fusilamientos, represión, hambre y miseria material, moral y espiritual.

El gobierno cubano de Laredo Bru se hizo ecos de la campaña antijudía de Juan Prohías, fundador del Partido Nazi Cubano, patrocinada por la Gestapo, y de la que desató desde El Diario de la Marina Pepín Rivero.

El rechazo de los judíos en La Habana provocó la muerte de cerca de 500 de ellos, que no pudieron sobrevivir los campos de concentración nazi. Esas muertes están hoy, más latentes que nunca, en la conciencia de todo un pueblo que no fue solidario con perseguidos que lo necesitaban. En la conciencia de una nación que tiene a más del 15 porciento de su población viviendo en el exilio.

Y si bien la mayoría de los cubanos de hoy ni siquiera había nacido entonces, eso no la exime de las culpas del pasado. Porque los pueblos que olvidan el pasado, verdad de Perogrullo, repiten los mismos errores en el presente.

Cuba le debe una disculpa pública, institucional, al pueblo judío, por una injusticia tan cruel. Sobre todo en estos tiempos, que los cubanos-excepto en Estados Unidos-sabemos lo difícil y angustiante que resulta deambular por el mundo con el estigma de emigrado, desplazado e ilegal-incluso en Cuba hay cubanos ilegales y desplazados. Sobre todo en estos tiempos, donde miles de cubanos han muerto en el mar tratando de escapar de nuestro Hitler.

Pero como sabemos que la dictadura de La Habana jamás va a lanzar un gesto de tan magna justicia, vale la pena este recordatorio, para mantener la causa pendiente en la memoria, como un triste día de nuestra historia reciente. Del día que el Karma nos alcanzó apenas 20 años después, en 1959, y lo seguimos padeciendo hoy.

Por si sirve de algo, mientras llega la hora de que en una Cuba libre podamos hacer el desagravio, a título personal, me disculpo.


Raúl Dopico

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