martes, 23 de marzo de 2010

A Esconderse que Ahí Viene la Basura.




WASHINGTON

El presidente Barack Obama firmó el martes una amplia reforma del sistema de salud pública, la mayor intervención social del gobierno en más de 40 años y tal vez la más polarizadora.

En tono triunfante, Obama alabó lo que calificó de "una nueva era para Estados Unidos'', diciendo que la ley finalmente concretaba los cambios por los que han luchado generaciones de estadounidenses.

"Nuestra presencia aquí hoy es extraordinaria y nada común'', dijo Obama. "Por momentos ha sido fácil dudar de nuestra capacidad para concretar algo de esta envergadura, de esta complejidad, preguntarse si existen límites para lo que podemos lograr como pueblo''.

Sin embargo, agrego que ahora "estamos afirmando esa verdad esencial --una verdad que cada generación debe descubrir por sí misma--, que no somos una nación que baja sus aspiraciones''.

El Presidente firmó la Ley de Protección a los Pacientes y de Atención Asequible, entre el aplauso de los legisladores demócratas y de Vicki Kennedy, la viuda del senador Edward Kennedy, demócrata por Massachuseets, quien hizo de la mejora del sistema de salud pública la misión de su vida.

Partidarios de la nueva ley interrumpieron varias veces con aplausos y lemas de campaña, que convirtieron la ceremonia en una celebración. Incluso antes de la entrada de Obama, un grupo de legisladoras demócratas subieron al escenario para posar para fotografías. Otros comenzaron a cantar el estribillo de la campaña de Obama, Fired up, ready to go (‘‘Llenos de entusiasmo y listos para todo'').

Embargado por el momento, se escuchó al vicepresidente Joe Biden decir al Presidente: ‘‘Esto es algo grandioso''.

Ningún republicano asistió a la histórica ceremonia. Todos los legisladores republicanos votaron contra del proyecto de ley y volvieron a afirmar el martes que amenazaba la libertad de los estadounidenses.

"Hemos escuchado mucho sobre lo histórico que es este proyecto de ley, y es verdad. Es una traición histórica a la voluntad expresa del pueblo estadounidense. Es una pérdida de libertad histórica'', dijo Michael Steele, presidente del Comité Nacional Republicano. ‘‘No es demasiado tarde para revocar esta ley, pero para hacerlo necesitamos un cambio en el Capitolio federal''.

La ley, aprobada el 24 de diciembre por el Senado y el domingo por la Cámara de Representantes, tiene por fin brindar cobertura médica para el 2019 a 32 millones de estadounidenses, colocar a las compañías de seguro bajo el control normativo del gobierno federal --como la exigencia de que ofrezcan cobertura a todos los ciudadanos, sin importar que ya padezcan de alguna enfermedad-- y reducir los costos médicos.

A pesar del bombo y platillo en la Casa Blanca, la aprobación de la ley se logró finalmente tras una prolongada y caldeada negociación política.

Poco después de la firma, el Senado tomó el segundo paso, un plan de "reconciliación'' para enmendar la ley de modo que cambie la manera en que se financian los beneficios y para eliminar algunos de los acuerdos que se usaron para ganar el voto del Senado la víspera de Navidad.

El plan combinado costará unos $938,000 millones en un plazo de 10 años. Financiado por aumentos de impuestos y reducciones al Medicare, reduciría el déficit del presupuesto federal en $143,000 millones durante la década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Esta es la medida más abarcadora tomada por el gobierno federal para garantizar la atención a la salud desde la creación del Medicare para los ancianos en 1965 y excede la ampliación de ese programa para cubrir los medicamentos por receta, aprobada por los republicanos y firmada por el presidente George W. Bush en el 2003.

El Senado espera una votación final el jueves sobre el plan de reconciliación. La Cámara ya lo aprobó.

No hay comentarios: