Médicos Cubanos Asesinados en Venezuela
Fuente: El Nacional
El destino le jugó una broma cruel a la médica cubana Rosa María Christy Labañino. El 30 de julio del año 2006 su cuerpo fue abandonado mientras se desangraba, luego de recibir un disparo, en una callejuela llamada Democracia en el barrio Voluntad de Dios, en Cumaná, estado Sucre.
Llegó a Venezuela en 2003 a prestar servicios como especialista en la misión Barrio Adentro. Vivió dos años en casa de Yllenith González, que la recuerda con cariño: "Ese día venía de comprarle ropa a su hija para mandársela a Cuba.
Entre nosotras no había diferencia porque ella era cubana y yo venezolana. Decía que mi mamá era su mamá y mis hijos eran su familia. Hubo mucha química entre nosotras", señaló en una declaración que rindiera ante un tribunal, a propósito del hecho. La médica, proveniente de Camagüey, dejó huérfana a una niña de 7 años de edad.
Dos años después del homicidio, Jesús David Patiño Córdova, quien entonces tenía 16 años de edad, fue aprehendido y se le acusó de ser el principal responsable del asesinato de la profesional. En su declaración dijo lo siguiente: "Estaba bebiendo con unos amigos; en eso yo estoy borracho y voy a buscar una escopeta que tenía escondida por el cerro... Venían dos señoras: la de adelante siguió y a la de atrás yo le pego un quieto. La señora no se dejó robar y me lanzó una cachetada con la cartera. Salió corriendo, me esforcé en quitarle el bolso y la escopeta se me disparó". Patiño contó que huyó "y la señora quedó tirada allí".
Labañino figura, junto con otros 68 nombres, en la lista de médicos cubanos que han fallecido en Venezuela durante el cumplimiento de su labor, según consta en una placa conmemorativa que adorna una de las paredes del Centro de Diagnóstico Integral Salvador Allende, en Caracas.
"Estoy asombrado; nunca pensé que la cifra (de médicos que han muerto) fuera tan alta. El Gobierno cubano no ha dicho una palabra sobre esto", afirmó, vía telefónica, Elizardo Sánchez, director de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación, con sede en la isla caribeña. "No hay manera de difundir estos hechos ni lo que allá ocurre.
La información queda en un estanco y es posible que se entere un centenar de personas, pero no más".
Recuerdos esporádicos
El Aló, presidente número 262 marcó un hito. En esa ocasión el presidente Hugo Chávez hizo una rarísima mención pública al problema de la inseguridad en el país. Fue, precisamente, para condenar la muerte de una médica cubana. "Asesinada ayer, aquí en Caracas, en Petare. Raquel de Los Ángeles Pérez Ramírez, 53 años, tenía tres años aquí ya con nosotros curando enfermos, salvando vidas, dejando a su familia en La Habana. Los hijos, los nietos ¡Qué dolor que regrese a Cuba, cadáver!", expresó el mandatario en 2006.
El día de su muerte, Pérez salía de un local cuando apareció Rubén Oramas. La apuñaló y siguió su fuga hasta que lo detuvieron más adelante. La policía sostuvo que no hubo motivo alguno para el homicidio. Los exámenes forenses demostraron que el victimario era adicto a las drogas y, según las investigaciones, pudo matar a cualquiera.
"Ya van varios casos de médicos cubanos asesinados para robarlos, para atracarlos, agresiones. Yo pido, por el amor de Dios, un poquito más de dedicación con estos hermanos que dejan todo para venir a darnos vida", puntualizó Chávez en esa ocasión.
Un año antes, el mandatario denunció que en el estado Zulia habían atracado a un médico cubano y varias médicas habían sido violadas.
Manuel Carbajal es uno de los pocos profesionales cubanos que logró emigrar hacia Estados Unidos, después de pasar un período en Venezuela. Tal como lo refleja en un escrito de noviembre de 2008, en el blog "Generación Y", de la periodista cubana Yoani Sánchez, la situación de inseguridad los asediaba.
"Llevábamos seis meses en un barrio peligroso del centro de Venezuela. Había una garita para policías, pero sin policías. Los barrios eran tan peligrosos que la policía no quería ir allá. Los médicos cubanos, sí. Desprotegidos, sí. Esto fue hace cuatro años. Tres años después de estar en aquel lugar, viendo morir por la violencia, aislados y solos, abandonados de todos, decidimos venir a Miami...".
Para esta investigación se logró determinar las causas de fallecimiento de 12 de los 68 médicos a los que honra la placa. De este total, 5 murieron a manos del hampa; 4, en accidentes de tránsito; 1 murió arrollado; 1, intoxicado, y otro de un infarto. Las fuentes oficiales se muestran renuentes a ofrecer información. "Si se hace un mapa de riesgo, estos médicos cubanos están en las zonas socioeconómicas más vulnerables del país. Los asignan a los lugares en los que hay mayor índice de criminalidad y no les proveen vigilancia alguna", señaló María Josefina Ferrer, del Observatorio Venezolano de la Violencia. Es una vulnerabilidad que comparten con los residentes de esos sectores.
Carlos Ordóñez Pedroso trató de impedir un robo y recibió varias puñaladas. Luis Reinier Fuente murió a manos de antisociales que ingresaron en el módulo de Villa de Cura donde trabajaba. Bárbara Morales murió en circunstancias extrañas que requirieron la intervención de la policía de investigación (tenía morados en el cuerpo que no podían ser explicados). Labañino, Pérez, Morales, todos son lamentables ejemplos de una situación de la que ninguno está a salvo.
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