domingo, 28 de marzo de 2010

De Musiquita y Trascendencias

Da Lo Mismo Calle 13 que 16


felix-luis-viera-a

Foto: Delio Regueral

Según un parte, asistieron 300 mil personas al concierto que ofreció el grupo musical (o creo que es un dúo) Calle 13 en La Habana –que no en Cuba–, justamente en la llamada Tribuna Antimperialista, así bautizada por uno de los imperios más chicos pero a la vez más longevos de la historia latinoamericana. Según otro parte, fueron 200 mil los asistentes. De cualquier manera, parece alta la cifra. La clave. Lo cubanos, además de la inopia material y de la exuberancia del pánico ambiente, carecen de espectáculos de entretenimiento, desde hace décadas. Un motivo sería que la dictadura no invierte en contratar artistas de la distracción –seamos justos: no tiene con qué–, y otro que muchos de éstos optan por no ir a la Isla puesto que cuentan con varios mercados más abiertos; amén de los que la tiranía cubana tiene en la lista negra –que incluye sus ausencias de la radio, la televisión, y en fin, de todos los medios– porque padecen de una enfermedad grave y contagiosa: “problemas ideológicos”.

A partir de lo antes dicho, los músicos que han visitado la Isla últimamente no debe tomar la asistencia de los habaneros como un buen ranking personal; si pobrecita aquella gente, desde hace tiempo ni siquiera tiene circo, que ya eso parece demasiado después de que le abolieran el pan.

O sea, si en la Tribuna del Imperialismito en el futuro se llevase a cabo algún concierto, digamos, con un grupo poco conocido como Las Gaviotas Azules de Xochimilco, tengan la seguridad los famosos que la han honrado antes, que la asistencia también sería multitudinaria. Por supuesto, si de nuevo es gratis la “entrada”. Porque dinero para presenciar a Las Gaviotas azules de Xochimilco –que no cobran tanto–, no hay en los magros bolsillos de los cubanos.

Así que el sudamericano Pedros y la comitiva de igual nivel artístico que lo acompañó recientemente en un concierto en la Tribuna dicha, que incluyó al español Miguel José y a una excelente cantante portorriqueña, Talón de apellido creo, no deben caer en la autosobreestimación porque hayan reunido a tantas personas ansiosas de buenos espectáculos; esto sería proyectarse erróneamente para sus trazos a futuro. Un aparte: si no soy exacto con los nombres de algunos de estos egregios músicos, pido al lector que me disculpe: se debe sobre todo a que estoy alejado del arte del entretenimiento; es decir, no domino el tema y asimismo mi impericia para buscar datos en internet es proverbial.

Aceptemos que el reciente concierto de Calle 17 haya reunido a 300 mil personas, buena cifra si tomamos en cuenta que La Habana tiene dos millones de habitantes, de los que habría que descontar a los niños, los inválidos, los que tenían miedo de asistir, los que, como yo, no sienten pasión por el arte del entretenimiento al aire libre y bajo el sol, los que se resistieron a asistir porque piensan que con esto le dan un voto de aprobación al dictador, los que piensan que shows de este tipo son asuntos de jóvenes solamente… Buena, buena cifra, felicidades a Calle 18, a los órganos represivos y sobre todo a la Seguridad del Estado: fue en paz y sabroso el concierto según la prensa.

Lamentablemente –lamentablemente para la mayoría de los cubanos que se halla fuera y dentro de la Isla, que ansían la libertad en ésta– el concierto de Calle 14 ocurre en un momento trágico para los hijos de Martí, aun para los que asistieron al espectáculo: un hombre ha muerto en huelga de hambre hace poco y otro está rozando la muerte mediante el mismo método, ambos para exigir que la tiranía respete los derechos humanos. Esta situación le está dando la vuelta al mundo y cada día son más los gobiernos, parlamentos y diversas personalidades de una y otra latitud que se suman a la condena contra el régimen cruento que campea en Cuba hace más de cincuenta años. Así, un concierto tan divulgado por todos los medios internacionales, y que la tiranía se ha encargado de que así sea, mostrando la felicidad de un “pueblo” que baila, canta, goza al compás de Calle 15, pues podría darle a alguien la impresión de que en Cuba no pasa nada, de que su gente está feliz, o aun más, de que su pueblo se olvida de los muertos que están muertos. No es así: la mayoría de los que asistieron al concierto no saben que esos muertos están muertos: nadie se los ha dicho. Ni, naturalmente, los 300 mil que asistieron al concierto son el Pueblo de Cuba. Asimismo, quisiera hacer una aclaración a los que consumen CNN en Español: esas imágenes obscenas que esta cadena de noticias ha escogido para reportear el concierto de Calle 11, no representan de ningún modo el promedio del cubano de la actualidad; ni de nunca en fin. Y bueno, se me ocurre una sentencia: los artistas extranjeros de entretenimiento que se han presentado últimamente en la Tribuna del Imperialismito, por su propia razón de ser, no pasarán a la Historia; Orlando Zapata Tamayo y Guillermo Fariñas, sí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy lúcido este artículo, hay quienes piensan que ir a a cuba es una forma de entretener a los cubanos y en serio es una manera de entretener la agonia del viejo tirano. gracias. Alex Basulto