De los Verdaderos Goliat y David
Goliat contra David, en Cuba Francisco Chaviano González
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Alguien dijo que si Estados Unidos no hubiera existido, Fidel Castro lo hubiera creado. El gigante patriarca de las guerrillas necesitaba un Goliat a toda costa, aunque fuera apócrifo, para ponerse el disfraz de David e hipnotizar al mundo. La ruptura con el vecino del norte estaba planificada de antemano, de ahí que su primer viaje a Norteamérica tuviera objetivos de propaganda política, en lugar de la concertación de acuerdos bilaterales.
Si observamos los hechos de los primeros años del castrismo, queda clara la premeditación provocadora para romper con el vecino. Además, varios gobiernos norteamericanos han intentado facilitar la reconciliación entre ambas naciones, pero encontraron oídos sordos y acciones desalentadoras, como le ocurrió en 1970 a Nixon, en 1980 a Carter (aunque este logró establecer una oficina de intereses), en 1996 a Clinton y ahora le está ocurriendo al Presidente Obama. Queda claro que el embargo o bloqueo a Cuba fue promovido y sostenido por los Castro.
Desde el desembarco, en Bahía de Cochinos, de una brigada de exiliados cubanos que, financiados por Estados Unidos, vinieron a recuperar lo que se les había quitado a la fuerza y a devolver la Patria al cauce de la democracia, el dilema interno de los cubanos y el conflicto entre los dos países están tan ligados que tiende a confundirse. Sin embargo, el hecho de que la política norteamericana pase por Florida, hace evidente que la cuestión interna de los cubanos tiene mucho más peso que la externa, aunque el sátrapa cubano lo trastoque a su conveniencia.
Los norteamericanos, en su colaboración, siempre se han quedado a medias, y esas indecisiones nos han costado a todos. Dos años después de Bahía de Cochinos el comunismo se había consolidado en Cuba y los misiles atómicos rusos apuntaban a la Casa Blanca. Si a eso se suma la instigación de Fidel para dar el primer golpe nuclear, el hecho de que su gobierno estaba exportando las guerrillas terroristas desde el mismo 1959 y todo lo que siguió, vemos que se confunden David y Goliat, al punto de no estar muy claro quién es quién.
Donde sí están claros estos papeles es en el plano interno: Castro y su gobierno son el gigante poderoso y abusador, el Goliat que arremete inclemente contra David, nuestro pueblo. Disfrazado de revolucionario, con el pretexto de la amenaza imperial, oculto tras el telón de hierro comunista y utilizando la demagogia, fue Goliat echándonos a unos contra otros, hasta lograr el control de todos y sumirnos en el terror. Todo el que no se pliegue incondicionalmente a sus intereses es su enemigo, traidor a la patria, mercenario, lacayo del imperio.
Miles de fusilados, decenas de miles de presos políticos que han padecido en las peores mazmorras de América, millones de cubanos despojados de sus bienes, una de las naciones más feraces del continente convertida en una de las más pobres, son los argumentos de este pueblo, privado de sus derechos civiles y políticos. Sobran las razones para reclamar un cambio radical en Cuba, con independencia de que esto sea beneficioso o no para países extranjeros.
Es imperdonable que algunos representantes de nuestras iglesias, que sufrieron acciones similares a las que ahora viven las Damas de Blanco, se plieguen a sus intereses y besen los pies del tirano a cambio de alguna migaja. Es penoso que el chantaje de nuestros talibanes haga que algunos países pretendan no escuchar, ni ver, para evitarse problemas. ¿Por qué Naciones Unidas no cambia el reclamo de levantar el embargo contra Cuba, por un más serio y justo, que llame a ambas partes a dialogar?
¡Basta ya de ignorar nuestro grito de dolor, llamándolo “campañas de descrédito” de los poderosos! ¡Quien tenga honestidad, debe oír el clamor de los valientes que se atreven a desafiar al Goliat cubano y difundir la noticia al mundo entero! Esta lucha que hoy libramos es una de las más pacíficas de la historia moderna y nuestra honda para enfrentarnos a Goliat es la defensa de los Derechos Humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario