Del Estira y Encoge de Joaquín Sabina
Si tomamos en serio a Sabina Luis Cino (PD)
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Como si el ombligo y el maní tuvieran algo que ver, y la gimnasia fuera la magnesia, Joaquín Sabina aseguró que no firmaría ningún documento sobre las violaciones de los derechos humanos en Cuba mientras Estados Unidos no cierre la prisión de Guantánamo Bay. Así, el cantautor español volvió a quedar mal con los cubanos que quieren la libertad, pero se ganó un premio de Cubadisco, que le obsequiaron los comisarios de la cultura oficial por “su postura ética”.
¿Qué preocuparía más a Sabina, el premio de Cubadisco, por Rosas y vinagre, o los videos comprometedores que le pueda haber tomado la policía política, en La Habana durante alguna de sus visitas? Porque la situación de los islamistas en Guantánamo no debe ser. Total, presos por presos, si los prisioneros de conciencia en Cuba no le preocupan…
Pero en definitiva, ya estamos adaptados a las cosas de los intelectuales de izquierda y los cantautores progres, que lo mismo firman documentos críticos a la dictadura, que se retractan, entonan loas o suben y bajan del tren.
Este no es el primer tira y encoje de Sabina respecto a Cuba. Luego de la ola represiva de la primavera de 2003, se arrepintió de haberse mostrado digno respecto a la suerte de los disidentes cubanos, e hizo caso a una carta de los intelectuales a sueldo de la dictadura, dirigida a “los amigos lejanos”. Bastó la carta para la nueva montada en el tren, que de todos modos, aunque pita muy feo, suena bien lejos del cielo de Madrid.
En esto de las firmas y el sube y baja de los trenes, no se puede hacer mucho caso a Joaquín Sabina. Tal vez montó en el tren equivocado tras el marido de su madre. ¿Qué le importa si nos robaron no sólo el mes de abril sino todos los almanaques de medio siglo? Al cantante sólo le importa ponerle cuernos a su depresión. Con tanto alcohol y coca como hala y mete en su nariz, Sabina, el pobre, ya no sabe qué firma o deja de firmar.
Y es una lástima, porque, con tan buenas canciones y tanta equivalencia a Dylan, de veras que Joaquín Sabina seguirá entre mis preferidos el día que los cubanos vivamos en democracia, y ya no necesitemos que los famosos firmen documentos porque se respeten nuestros derechos y se cumplan nuestros sueños.
Para entonces, de cualquier modo, seguirá la deuda con Sabina por sus canciones, que en tiempos de hambre, calabozos, policías y amores con más espinas de las habituales, nos deseaba “que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena, que no te compren por menos de nada, que no te duerman con cuentos de hadas”. Y nosotros, tan dados a cantautores, nos lo tomamos a pecho. Allá él si no era en serio.
luicino2004@yahoo.com
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